Aprender de nuevo la vieja soledad
esa sensación entera y redonda
de ser tú solo cabalgando
el lomo desnudo del mundo
Dominar de nuevo el viejo vértigo
adolescente de los primeros pasos
sobre las calles soñadas
Sentir la cósmica maquinaria
moverse inapelable y rotunda
debajo de tus pies desnudos
Pasear en medio de la gente
como en otra dimensión
sabiendo que nadie puede
apartarte un ápice de tu destino
Amar el eco de tu voz sola
hablando solo para tu alma
Saber que todo lo que te circunda
se acompasa contigo amablemente
Beber el sol que acaricia tu piel
Sentir cómo el paisaje se amolda
sin dureza a tu retina
Saberte un dios efímero y sereno
Náufrago feliz de todas las rutinas
Desertor de todas las banderas
Poblador de todos los abismos
Soñador de todas la quimeras
