Tren al Sur

Al fondo un gigantesco reptil azul
la sierra
como dormida bajo esa bruma blanca
y pastosa que rezuma el cielo

Más cerca, en cada colina
los olivos giran encaramados
a un tiovivo verde y lento
desnudo de músicas y risas

Alguna tos de tarde en tarde
como para alejar el silencio
para mover esa quietud de aceite
que convierte al vagón en un acuario

De pronto
un alarido sordo de metal
un río sumiso y sorprendido
escoltado de altos eucaliptos
que corre asustado a esconderse

Y de nuevo el jadeo sordo y acompasado
como una tormenta domada y conducida
como un rayo pesado y lento
abriendo de par en par el paisaje