Recuerdo

Ahora que el tiempo cicatrizó
la carne abierta y sangrante de tu ausencia,
ahora que tu recuerdo ya no duele,
ahora que las aristas de tu nombre
no atenazan ya mi voz,
ahora que no tengo donde buscar
el azar imperioso de encontrarte

Ahora vienes una noche,
de puntillas,
amparada en el sueño
y te acuestas a mi lado
y contienes mis lágrimas

Y dibujas una esperanza imposible entre mis sábanas
con el regocijo disparatado y cruel
de tu tibia y desventurada piel
ya carcomida, de tu perdida sonrisa
prendida para siempre a mi memoria,
de esa nada espantosa que se cierne
bajo la losa de mármol reluciente
con la que un día blanqueamos tu muerte
temprana y desmedida.